miércoles, 24 de junio de 2009

NO-CITA


Todo comenzó cuando la lluvia se fue, allí fue que comenzó a arreglarse.

Hoy es el gran día ya que por fin lo verá, después de tantos meses, de tantos intentos fallidos para olvidarlo; por fin el guevon que nunca le había parado la invito a salir en su carro (Sí pendeja, mientete. Anda que eso te sale bonito)

Y se encontraron, todo salía como si estuviese planeado para el fracaso. Él la miraba, ella lo miraba, él la tocaba, ella lo tocaba pero nada NO HABÍA NI UNA GOTA DE AMOR en aquél vaso de ron con pepsi-cola pero eso no era novedad, puesto que él lo sabía y ella también pero por supuesto ante una verdad tan absoluta a María no se le ocurría otra cosa más allá que hacerse la loca.

Después del segundo vaso sucedió lo que él y ella estaban esperando, quizás el único de la noche.
Es sencillo: él busca, ella busca y los dos, encuentran.

Veinte minutos en que se olvidan del mundo o por lo menos ese era el mojón que la niña trataba de tener en la cabeza.

Al final el golpe es igual de duro, él sigue siendo el mismo imbecil y ella la misma tonta que espera un nosé que a cambio.

Y con un simple y seco CHAO se termina aquella no-cita. Ella se jura más nunca verlo, él ni idea en lo que piensa.
Vane

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