lunes, 10 de junio de 2013

Nicolás, no me sigas vendiendo patria.

Voy bajando de Sebucan hacia el metro y veo a una sra. con bolsas de mercado llenas de harina PAN y mantequilla, me acerco y le pregunto - Disculpe, sra ¿dónde las consiguió? - Ay, apúrate, abajo en el Excelsior_Gama de Santa Eduvigis están vendiendo, cuatro por persona.

Le agradezco "el dato" como si me hubiese dicho la fórmula de la felicidad y llamo a mi mamá para preguntarle si hace falta que le compre, ella por supuesto que siempre querrá un poquito más de cualquier de los rubros más buscados así que la llamada estuvo de más y pido la parada. 

Me bajo en el supermercado y allá en el fondo hay tres montones de cajas y bultos: harina pan, mantequilla y aceite. La gente va agarrando y preguntado - ¿Cuánto es por persona? y llamando a sus familiares y amigos para darles el dato, era como si hubiese llegado... no sé que darles de ejemplo para explicarles... bueno, es como si hubiese llegado harina pan, mantequilla y aceite, no hay igual. 

Agarro mis cuatro mantequillas y aceites, voy a la cola y escucho que por los parlantes piden disculpas, pero que ninguna caja puede aceptar alguna tarjeta por falta de punto en todo el supermercado.

El resultado es gente molesta, obstinada en las colas y contando el efectivo pa' ver si alcanza. El sr. que estaba adelante me guarda el puesto y "mis cuatro tesoros" mientras saco efectivo del cajero... hasta allí todo iba "normal" o acostumbrada a verlo, pero lo siguiente es lo que me tiene indignada y por lo que escribo este estado, veo como un hombre y una mujer pretendiendo llevar cuatro cajas de 12 unidades c/u de aceite y mantequilla golpean a cachetadas a la cajera por no "venderle" todo lo que querían, con el grito de guerra -¡¿CÓMO QUE A MI NO ME VAS A VENDER NADA, PAJÚA?! 


Los engorilados, porque no tiene otro nombre, se van del supermercado con sus cajas como si nada y la cajera se queda con su cachete colorado, pero sobre todo atontada por el impacto, esta vaina de que le roben la dignidad a uno por cuatro mantequillas fue muy fuerte para ella.

Al rato llega un supervisor que toma su puesto, ella se va y la cola sigue "normal", me llega el turno y pago por conseguir dignamente los tesoros y me voy hacia mi casa, indignada pero con mantequilla y aceite. En el metro veo a los agresores con sus cajas vía Palo Verde, como si nada, a seguir construyendo esta patria, patria querida 8'

Esta vaina no es normal, que nos controlen, los golpes, los insultos. Estamos perdiendo lo más valioso como seres humanos y es el ser digno.

Nicolás, no me sigas vendiendo patria, yo sólo quiero aceite y mantequilla para todos los venezolanos.

4 comentarios:

  1. Woooow, Vane, ¡Pana, qué heavy!
    Definitivamente, la Patria llegó a cambio de la dignidad.
    Excelente texto.
    Lau.

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  2. Yo pase por lo mismo ayer, pero el problema se armo cuando nos quisieron vender las bolsas plásticas en Plan Suarez ¨por la escasez de materia prima¨. y mientras la gente se gritaba yo también pensaba en la patria que tanto anuncian y que esta más escasa que la margarina sin sal...

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  3. Ay Sharim, no perdamos la dignidad. Gracias por comentar

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